Hace poco mis queridas alumnas de yoga prenatal (de la «hornada» más reciente) comentaban lo que echaban de menos su «pancita». Yo me acuerdo que, poco después de dar a luz, iba aún con cuidado y que me parecía que me iba a dar pataditas cuando de repente me acordaba, ¡ah no! ¡Si la tengo en mis brazos!
Es verdad que al principio se echa de menos, y al principio parece que no tienes nada de barriga comparado con lo que tenías antes, pero luego te das cuenta de que, en realidad, no ha bajado tanto.
Y ahora, ¿qué hacemos con esa barriguita postparto? En primer lugar, tener paciencia. No podemos pretender que lo que ha tardado 9 meses en formarse se recupere de un dia para otro. Lo que sale en la tele no es verdad y si alguien te promete milagros, ¡huye!
La lactancia materna es una forma efectiva de ayudar a la recuperación, ya que produce contracciones uterinas y ayuda a que el útero vuelva progresivamente a su tamaño original. Además, la leche materna contiene mucha grasa y, por tanto, es un «quemagrasas» natural. Lógicamente, tenemos más sed y hambre, pero, por lo general, durante la lactancia solemos bajar de talla de forma natural.
Por cierto, aprovecho para comentar que durante la lactancia no está recomendado ningún tipo de ayuno o «detox», ya que las toxinas eliminadas pasan a la leche materna y, por tanto, al bebé. Yo en caso de querer seguir algún tipo de dieta consultaría con un experto en nutrición y lactancia.
En cuanto al ejercicio en el postparto, lo ideal es empezar a partir de la cuarentena y de una forma respetuosa con tu cuerpo. Hay ejercicios que no están recomendados en general, como correr o los abdominales «clásicos». Y hay ejercicios que ayudan a la recuperación abdominal y del suelo pélvico, como el uddiyana bhanda de yoga (también llamado «gimnasia abdominal hipopresiva). Como no podría ser de otra manera, mi recomendación es asistir a clases de yoga postparto con bebés. No sólo porque ayuda a la recuperación física, también porque es un espacio para compartir con tu bebé y con otras mamás y porque también ayuda en los planos mental y emocional, que viene muy bien siempre, y en el puerperio más aún. Además, es un yoga específico en el que se realizan exclusivamente ejercicios que favorecen la recuperación, y no se realizan ejercicios que pueden perjudicarla.
Si prefieres otro tipo de ejercicio dirigido, asegúrate de que el monitor o monitora tenga la formación adecuada para no perjudicar tu suelo pélvico y abdomen, y evita los ejercicios en los que se practiquen saltos o movimientos bruscos.
Muchas gracias por leerme y por compartir esta entrada si te ha resultado útil.
Gracias por los consejos! Yo tengo aún más barriguita que cuando parí…
Gracias a ti por leerme y por tu comentario! Si quieres te enseño algunos ejercicios que te vendrán bien. Un abrazo!